lunes, 31 de julio de 2017

ALICE COOPER, SILVIO RODRÍGUEZ, YOKO ONO Y LA POLÍTICA INVASIVA Cuando la política invade otros ámbitos los contamina y los envilece hasta provocar odios y enfrentamientos irreconciliables; esto se ha visto en el terreno de la música en general (y de otras artes) y del rock en particular.

Alice Cooper ha declarado 'odio la política con pasión'.

Así lo entiende el veterano Alice Cooper, quien publica nuevo disco, ha encontrado un Warhol en el trastero y ha largado de lo lindo en la revista New Musical Express (21-VII-17) contra los músicos de rock que se enfangan en la política hasta el punto de decir a sus seguidores qué decidir y cómo pensar. La cosa puede relacionarse con la posición que han tomado sobre el asunto de Cataluña, entre otros, algunos músicos como Peter Gabriel o Silvio Rodríguez, y personajes relacionados con la música como Yoko Ono (¿).   

Por un lado está la visión del inagotable Alice Cooper, una figura del rock desde hace cerca de cuarenta años y cuyas opiniones suelen causar urticaria a unos u otros. Con motivo de su nuevo disco (‘Paranormal’), habló para la mencionada revista musical sobre la tendencia de algunos de sus colegas a convertir conciertos y canciones en mítines y manifiestos. Entre sus declaraciones más impactantes pueden destacarse: “Odio la política con pasión. Creo que la política y el rock & roll son incompatibles, una es la antítesis de la otra; es como si yo me pongo a cantar los resultados del índice Dow Jones. Desde niño siempre he odiado la política, y ahora se acuesta con el rock”. Y sobre el gremio señaló: “Me parece injusto que una estrella del rock, aprovechándose de su popularidad, trate de influir en sus seguidores diciéndoles qué tienen que votar o cómo deben pensar; además, hacer eso es como considerarlos borregos que carecen de pensamiento propio”. Asimismo dijo que él sólo había hecho un tema con carga política, ‘Elected’, “una sátira”. No hay que ser un lince para imaginarse en cuáles de sus colegas estaba pensando…, esos que continuamente hacen alarde de su ideología (en un sentido y en otro, que en Usa hay mucho de todo).

Por otra parte están los músicos que se lanzan a la piscina de una posición política sin saber cuánta agua hay. Así, es difícil saber, por ejemplo, lo que conoce Peter Gabriel sobre los asuntos de Cataluña y si tiene idea de su historia, del sentir de todos los catalanes (de una u otra tendencia) o de cómo están sus relaciones con el resto de España y Europa…; sin embargo, puede uno atreverse a afirmar que, como mucho, tendrá una idea superficial, sesgada y parcial. El ex cantante de Genesis ha colaborado entusiásticamente con Amnistía Internacional y luchado a favor de los Derechos Humanos, pero lo que se dirime en esa parte de España nada tiene que ver con falta de derechos…, en fin, que no hay un ‘Biko’ al que cantar ni esto es la Sudáfrica de la segregación racial.

Peor, mucho peor es lo de Silvio Rodríguez. El cantautor cubano exige democracia y referéndum en Cataluña, pero él no ha votado jamás en su país; tenía trece años cuando en 1959 llegó Fidel Castro, con el que nunca se convocaron referéndums o elecciones, y el músico no las echó de menos, pues nunca las reclamó ni directamente ni en sus canciones; por eso llama la atención que pida para otros lo que no quiere para sí, que exija votación en territorios ajenos sin siquiera plantearse lo mismo para su casa. No extraña que no tenga muy claro qué es democracia y a qué obliga.

Lo que ya no tiene nombre es lo de Yoko Ono. Al menos los anteriormente mencionados pueden presentar un largo listado de méritos artísticos por los que, sin duda, los recordará la posteridad. Sin embargo, esta mujer no sólo carece del menor atisbo de indicio de talento artístico, sino que sus intentos en música y otras artes han dejado patente, más allá de cualquier duda, que está tan dotada para la creación artística como un calcetín. Sembró cizaña entre John y Paul antes y después de Beatles, impidió (como si su vida dependiera de ello) que ambos volvieran a pisar juntos un escenario a pesar de las abundantes propuestas y de que ellos no tenían mayor inconveniente, siempre procuró hacer el mal al ‘rival’ de su marido y, desde 1980, no hace más que aparecer por ahí como la ‘viuda de’… También es fácil suponer que tampoco haya estudiado en profundidad la cuestión catalana (¿sabrá situar Cataluña en el mapa?), de modo que es fácil preguntarse ¿alguien puede dar algún valor a las palabras de esta auténtica bruja?

Algunos artistas que a lo largo de su vida han defendido causas humanitarias y combatido injusticias, parece que se sienten obligados a tomar postura en todas las asuntos por las que se les pregunta, aun cuando, en realidad, no tengan la más mínima idea de la cuestión o, como mucho, apenas lo conozcan superficialmente y de una de las partes.

La música (incluyendo el rock), así como la literatura, el deporte o la historia siempre salen perdiendo cuando la política, invasiva y adoctrinadora, los penetra e infecta; y esto es así porque la política suele entenderse como ideología, y ésta siempre es maniquea y generalista, simplista y sectaria, o sea, divide a la gente entre buenos (los que comulgan con el pensamiento propio) y malos (los demás). Por ello, el rock & roll será distorsionado cada vez que se usa como arma, lo empuñen los de aquí o los de allí. 

CARLOS DEL RIEGO


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